Por Carmen Khalil

La historia del fútbol español está marcada por nombres que, aunque quizás no figuren siempre en los titulares internacionales, dejaron una huella profunda en los corazones de los aficionados locales. Uno de esos nombres es el de Alberto Suárez Suárez, conocido cariñosamente como “Pipi”, un futbolista que conquistó a la afición no solo con su talento en el campo, sino también con su carisma fuera de él. Ayer, 24 de abril de 2025, se presentó oficialmente su biografía, escrita por el periodista y escritor Juan Antonio Rodríguez Pastor, en un emotivo acto que reunió a familiares, amigos, excompañeros y seguidores del deporte rey.

Ayer, el templo blanquiazul vivió una de esas jornadas que van más allá del fútbol. La Rosaleda abrió sus puertas no para un partido, sino para una causa aún más importante: salvar vidas.

El estadio de La Rosaleda se prepara para una profunda transformación con vistas al Mundial 2030. Málaga quiere estar entre las ciudades anfitrionas y para ello, el coliseo malaguista debe adaptarse a los exigentes estándares de la FIFA. Bajo el proyecto denominado La Rosaleda 2030, se invertirán más de 270 millones de euros en una ambiciosa remodelación que no solo afectará al estadio, sino también a su entorno y a la infraestructura deportiva de la ciudad.

FOTO PROPIEDAD MÁLAGA CF

La jornada de ayer quedará grabada en la memoria de Rafa Rodríguez y de la afición del Málaga CF. El joven centrocampista, canterano con ADN blanquiazul, anotó su primer gol con el primer equipo, un tanto que no solo significó su estreno goleador en la élite, sino que además contribuyó a rescatar un valioso punto para los malaguistas en su visita al siempre complicado Eibar.

El Málaga CF rescató un valioso punto en su visita al siempre complicado Eibar, en un partido que finalizó con un vibrante empate 2-2. El encuentro, correspondiente a la jornada 36 de La Liga Hypermotion, estuvo lleno de alternativas y dejó la sensación de que el conjunto blanquiazul mereció algo más.